Jugando con la sensibilidad de los altavoces

La especificación de la sensibilidad de los altavoces es la cantidad de presión sonora a una distancia de 1 metro desde el altavoz, con una entrada de 1 vatio al altavoz. La medida, por lo general, se toma sobre el rango de frecuencias en que el altavoz ha sido diseñado para operar, o sobre un rango de frecuencias especificado.

Utilizar esta especificación para comparar altavoces puede ser engañoso. En primer lugar, asegúrese de que todos estén a 1 vatio y a 1 metro (1W-1m). Si la especificación indicara algo diferente, debería realizar la conversión a 1W-1m.

A continuación, compare el rango de frecuencias y la clase de estímulo de prueba utilizado (por ejemplo: ruido rosa, ruido en forma de discurso, barridos de frecuencia). Algunos fabricantes de altavoces son mejores que otros al momento de indicar esto con claridad. Si los estímulos son diferentes, es imposible comparar la sensibilidad de un altavoz con la de otro de un modo directo.

También deberá considerar las respuestas de frecuencia de los altavoces sobre este rango de frecuencias. Con el mismo estímulo sobre el mismo rango de frecuencias, pero con una respuesta de frecuencia diferente, los valores de sensibilidad podrían ser diferentes.

Incluso con estas consideraciones, la sensibilidad del altavoz es útil para indicar el nivel de presión sonora que podría estar disponible en la posición de un oyente y cuánta potencia sería necesaria para obtenerlo.

Cuanto más baja la sensibilidad, mayor será la potencia necesaria para obtener un determinado nivel de presión sonora (SPL) a una distancia dada (asegurándose de no exceder la potencia máxima o SPL del altavoz).

Si se duplica la entrada de potencia de un altavoz, el SPL suma 3 dB a una distancia dada. Si la entrada de potencia se mantiene constante, duplicar la distancia desde el altavoz reduce el SPL a esa distancia en 6 dB.

Cuando uno juega con estos números para obtener la potencia de amplificador necesaria para un nivel de presión sonora requerido a una distancia específica, es preciso recordar agregarle un cierto margen de amplificación a la potencia aplicada al altavoz. Esto es para permitir que exista diferencia entre los niveles promedio y pico. Según la aplicación, 10 a 15 dB de margen son buenos valores mínimos para empezar.