Psicoacústica: el efecto de precedencia

Comprender como funciona la psicoacústica, cómo percibimos el sonido, puede llevar a mejores diseños de sistemas sonoros, así como al diseño de sonido creativo.

Observemos un fenómeno psicoacústico: el efecto de precedencia.

Consideremos a un oyente en un cuarto con superficies reflectante. Instalemos un sistema de sonido sencillo con un altavoz y amplifiquemos la voz de alguien que hable.

Los oídos de nuestro oyentes recibirán el sonido directo del altavoz así como el mismo sonido retardado por la reflexión en las superficies del cuarto. (La forma en que el sonido es alterado a medida que es reflejado dependerá de las características de las superficies del cuarto, pero digamos por razones de esta explicación que las reflexiones son representaciones bastante buenas de la señal directa original).

El punto clave es qué percibe realmente nuestro oyente. ¿Será el sonido directo y la multitud de ecos? No necesariamente. Si las reflexiones llegan a los oídos del oyente dentro de los 5 milisegundos (msec) a 30 msec aproximadamente después del sonido directo, el sonido percibido por el oyente será sólo el sonido directo. Este sonido puede sonar con más cuerpo o más intensidad que el sonido directo sin las reflexiones, pero nuestro oyente no percibirá ecos individuales. En cuanto concierne a nuestro oyente, todo el sonido percibido proviene de la dirección del sonido directo.

Nuestro sistema oído-cerebro integra reflexiones tempranas con la llegada del primer sonido, y se localiza en esa primera llegada. Dependiendo de la fuente, la zona de reflexión temprana podría extenderse a los primeros 50 msec, o incluso más en el caso de alguna música en particular. Más allá de esta zona, cualquiera sea su rango, las reflexiones que lleguen más tarde serán percibidas como ecos diferenciados.

Si nuestro diseñador de sistema de sonido usa el efecto de precedencia a través de la colocación correcta de la ubicación y la distancia del altavoz en comparación con la persona que habla, nuestro oyente se localizará en la persona que habla en lugar del altavoz.

Y un diseñador de sonido creativo podría jugar con los retardos, entre otros efectos, para hacer que una fuente sonora estacionaria parezca estar en movimiento.