ATSC 3.0, CES 2014 y el ‘hogar conectado’

Carlos Cortés 2014 comenzó sin sobresaltos. CES, la convención de electrónica doméstica, enfiló sus baterías hacia la televisión de ultra alta definición (UHD), y sumó nuevas pantallas gigantes curvas a los televisores inteligentes conectados a la Internet.

La distribución de contenidos en la nube se fortaleció con nuevas interfaces y la transmisión a dispositivos móviles se mostró más fuerte que en años pasados, con claros intentos de integrar contenidos en plataformas tecnológicas.

De hecho, la tradicional aspiración a ofrecer el “hogar conectado” pareció más cercana que nunca, incluso con una explosión de regalos navideños centrados en controlar todo tipo de dispositivos desde el teléfono móvil.

Ya se trate de encender bombillas eléctricas, suspender una alarma hogareña, controlar la temperatura de la casa o activar el sistema de seguridad, la convención CES 2014 confirmó la tendencia a interconectar estándares industriales.

ATSC 3.0, el estándar de transmisión previsto por el consorcio de teledifusores, fabricantes y grupos comerciales detrás del “Advanced Television Systems Committee”, ya produjo en 2012 su capa física centrada en modificar el actual esquema de modulación para canales de televisión.

Cuando el estándar de televisión digital ATSC 1.0 nació dos décadas atrás, el consorcio venía trabajando duramente desde 1983, pero nadie había previsto la telefonía celular digital, la transmisión a dispositivos móviles ni el streaming de video. Hoy, la velocidad del cambio tecnológico es tal que incluso ha forzado la coexistencia de estándares: ATSC 2.0 recién se integró en 2013 e introdujo la interactividad en línea, el video a la carta en televisión terrestre y la capacidad de ver dos canales simultáneos en una misma pantalla.

Para 2016, ATSC 3.0 aspira a globalizar la transmisión de señales televisivas con la inclusión de “Ultra High Definition 4K”, inmersión auditiva, interactividad y servicios híbridos a dispositivos móviles.

A diferencia de su antecesor original, basado en modulación 8-VSB (nivel discreto de amplitud con banda lateral residual), con 19,39 Mbps en un canal de 6 MHz, ATSC 3.0 busca aumentar esa velocidad de transferencia en 30 por ciento, hasta unos 25,2 Mbps.

El objetivo es integrar de manera perfecta la transmisión de HD, 4K, audio 22.2 y otros tipos de flujos de datos a dispositivos fijos y móviles en todo tipo de topografía.

Para alcanzar su aspiración global, el ATSC 3.0 probablemente adoptará la multiplexión por división de frecuencia ortogonal codificada (COFDM), que había sido el gran divisor entre el estándar norteamericano ATSC y sus competidores de otras regiones.

En ese sentido, el ATSC 3.0 constituye una reforma futurista y modernizadora en un contexto en que los teledifusores estadounidenses perdieron, desde 2009, casi un 25 por ciento de su porción de espectro electromagnético, ante la presión de los proveedores de Internet y telefonía celular en las subastas públicas.

Sin embargo, la historia reciente también demuestra que la teledifusión no podrá sobrevivir en aislamiento, porque su propio modelo de negocio ya cambió para siempre.

Por ejemplo, Apple revolucionó la telefonía celular con el iPhone. Pero éste no habría surgido de no ser por el problemático matrimonio forzado con AT&T.

Timothy Cook, el sucesor de Steve Jobs, ha hablado ya de su “gran visión” para reimaginar la televisión. Y para ello ha iniciado su asociación con distribuidores de contenidos como Time Warner Cable y programadores como Walt Disney Company.

¿Podrán las “apps” de los teléfonos inteligentes desterrar las cajas decodificadoras y los controles remotos? ¿Lanzará Apple un neotelevisor iTV o renovará su caja Apple TV?

Nadie lo sabe con certeza. Google ya ha optado por generar un servicio de cable vía Internet para competir directamente con Comcast y Time Warner Cable.

No todos los contendores quedarán en pie cuando estos enfrentamientos terminen. Pero, es evidente que el potencial de ATSC 3.0 podría inclinar la balanza a favor de los teledifusores.

Pasarán años antes que la polvareda se asiente y permita contemplar el nuevo paisaje audiovisual en toda su nueva plenitud digital. Y cuando eso ocurra, la noción provinciana del “hogar conectado” habrá dado paso a la realidad del “planeta conectado”.


Carlos Eduardo Cortés es especialista en medios digitales y escribe su columna desde Estados Unidos. Sus opiniones son personales y no implican necesariamente a TV Technology.