Pos-convergencia: Opciones de visualización y piratería


En Latinoamérica, la TV por suscripción continúa creciendo. Según el Establishment Survey 2011 de IBOPE, la TV por suscripción cubre el 50 por ciento de los hogares con televisor y para 2015 se proyecta una penetración de 63 por ciento.

Carlos Eduardo Cortés es coordinador de programas de Free Press Unlimited en América Latina. Sus opiniones son personales y no implican necesariamente a dicha institución ni a TV Technology. Argentina y Colombia, con casi 10 millones de hogares con televisor cada uno, ya cuentan con una penetración de TV de Pago que ronda el 80 por ciento.

Esta tendencia solo parece revertirse en crisis económicas. En España, el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI) reveló en 2011 un significativo estancamiento de la TV por suscripción, con 30 por ciento de penetración.

En compensación, las audiencias españolas optaron por la Televisión Digital Terrestre (TDT) abierta, aunque allí comenzaron a surgir otros problemas: insuficiente cobertura, proliferación de emisiones ilegales de mala calidad y resintonización de decodificadores.

Las necesidades de liberación de espectro obligaron a algunos operadores españoles, que emitían en el múltiplex digital 66, a abandonarlo para compartir los canales 67, 68 y 69. Ello, tras el apagón analógico, causó una incómoda pérdida de identificación de canales en algunas cajas y televisores.

Un hecho paradójico en el mundo de las interfaces de pantalla es la mínima evolución de los menúes de televisión por suscripción frente a la velocidad de su penetración.

Los usuarios eligen la TV de pago por el acceso a señales internacionales y de nicho, pero no por la facilidad de navegación de estos sistemas.

Comparadas con las aplicaciones para navegación en dispositivos móviles y tabletas, las actuales interfaces de cable aparecen como pobres resquicios de la televisión analógica.

Cuando ya hay televidentes con acceso a servicios de streaming bajo protocolo de Internet, como Netflix, Hulu y Vudu, es evidente que las aplicaciones que presentan la oferta en pantalla resultan mucho más sencillas y atractivas.

Nichos y canales especializados apuntan hacia una oferta a la carta, en contraposición a los actuales modelos de pago por un paquete de canales, aunque no se consuman todos.

El tradicional modelo de suscripción se requebraja ante iniciativas como HBO Go, que ofrece su propia programación IPTV vía Xbox.

Y el consumo multiplataforma, sin duda, contribuye mucho a subrayar las ventajas de la interfaz basada en aplicaciones gráficas.

Es tal el ansia de acceso a programación específica, que un reciente estudio de Google y Performing Right Society identificó seis modelos de negocio que infringen derechos de autor, entre los cuales se encuentran los portales de TV en vivo.

Uno tiende a pensar en piratería de música y cine, pero estos sitios de acceso a programación televisiva internacional cuentan incluso con publicidad.

Y más allá de que muchas personas ignoren el tema de la piratería, es un hecho que muchas más acuden a estos sitios por el acceso a programación, no porque no estén dispuestas a pagar.

Regionalizar acceso en una era de consumo multipantalla resulta inútil. Una simple conexión de banda ancha resuelve la falta de acceso a cierta programación restringida por región geográfica.

Internet no conoce fronteras geográficas, por lo cual, nos guste o no, tiende a ser un horizonte forzoso del consumo televisivo digital. Son, entonces, los modelos de negocio, los que tienen que responder en forma más proactiva.

Mientras tanto, la piratería televisiva es el segmento que Google identifica como de mayor crecimiento por encima de otros modelos como las comunidades P2P y las transacciones musicales.

De hecho, la innovación no cesa en el ciberespacio. En junio de 2012, el nuevo protocolo de Internet, IPv6, quedó disponible para uso global, con la participación de proveedores como AT&T, Canuto, Comcast, Free Telecom, KDDI, Time Warner Cable y XS4ALL, y sitios como Bing, Facebook, Google y Yahoo!

Estas tendencias fuertes hacen dudar a algunos analistas sobre la viabilidad de una transición digital centrada en desplegar equipos de transmisión para ampliar la cobertura de la TDT.

¿Si el futuro está centrado en TV de pago e IPTV, argumentan, qué sentido tienen las costosas inversiones en televisión abierta?

Aún si la penetración de la TV por suscripción se acercase al 70 por ciento en cinco años, ¿qué pasa con el 30 por ciento restante?

Proyecciones como la del informe “TV Paga en América Latina 2011­2016”, de Dataxis, no anticipan uso de IPTV más allá del siete por ciento para 2016. La respuesta no es sencilla.